enero 29, 2009

El proyecto de aula o acerca de la formación en investigación

Elvia María González Agudelo[1]
profesora facultad de educación
Universidad de Antioquia

La Concepción Teórica

El proyecto de aula es una propuesta didáctica fundamentada en la solución de problemas, desde los procesos formativos, en el seno de la academia. Desglosemos esta definición:

Proyectar es lanzar hacia el infinito. Pensar un acto educativo desde el presente pero trasladando el pasado para posibilitar futuros. El proyecto se convierte en una guía. Es una acción intencionada. Es el puente entre el mundo de la vida y el mundo de la escuela.

El concepto de aula, se resignifica, en tanto se convierte en un espacio donde un grupo humano se encuentra para establecer lazos de comunicación en torno a un conocimiento. El aula es lugar donde habita el conocimiento. Sea ella, el aula tradicional encerrada entre muros (que guardan secretos) o un laboratorio, un hospital, un teatro, una sala de cine, un consultorio, un aula inteligente, un aula abierta o hasta la misma calle.

El proyecto de aula posibilita las relaciones entre lo viejo y lo nuevo, lo conocido y lo desconocido, lo que fue y lo que será, entre el saber cotidiano y el saber científico. El sentido del proyecto de aula es curricularizar la experiencia cultural de la humanidad, de manera tal, que adquiera un sentido formativo con orientación específica.

El proyecto de aula es una propuesta didáctica. Etimológicamente la didáctica tiene como origen el verbo griego didaskein, que se utiliza tanto en activo, enseñar, como pasivo, aprender o ser enseñado, y también transitivo, en el sentido de aprender por sí mismo. La didáctica, desde tiempos remotos, cobija tanto los procesos de enseñar como los de aprender y los de autoaprendizaje.

Hoy el sentido de la didáctica, por ejemplo para Not, es de mediación. “La mediación consiste en suministrar al alumno la información de la que no dispone, y que no podría procurarse por sus propios medios; después, en ayudarle a transformar esa información en conocimiento” (Not, 1994). Como mediación la didáctica implica un diálogo entre el maestro y sus discípulos. Se genera la comunicación para posibilitar actividades con el conocimiento hecho cultura. En el conocimiento es inseparable la actividad y el lenguaje. El conocimiento se construye a través de las experiencias vividas y de la expresión de dichas experiencias. Como dijo Martí, “sólo el que hace, sabe”.

En este mismo sentido Chevallard, enuncia “las transposiciones didácticas como el paso del saber de las ciencias al saber enseñado”. (Chevallard, citado por González Agudelo, 2001). Como transposición, la didáctica implica una lectura de la cultura de la humanidad hecha conocimientos científicos, artísticos, técnicos, tecnológicos y/o cotidianos. Ese proceso de lectura implica una comprensión, un análisis y una interpretación que el maestro realiza, a través de su competencia lectora, de los proceso de construcción de las ciencias, de su historia, de su epistemología y de su socialización.

Leer, comprender, analizar e interpretar los conocimientos pero siempre desde el discontinuo preguntar. Ya sabiamente lo enunciaba Kant “la didáctica es el espacio que se le brinda al estudiante para interrogar e interrogarse. Cuando el maestro le va preguntando a sus discípulos aquello que quiere que aprendan”. (Kant, citado por González, 2001)

El proyecto de aula es, entonces, una propuesta didáctica. La didáctica como un proceso de mediación entre sujetos que se comunican haciendo y como transposición de las ciencias hacia su enseñanza a través de preguntas. Pero aquellas preguntas que posibilitan pensar y construir un camino para hallar su respuesta. Son preguntas que emergen para solucionar problemas. Podemos remitirnos a varias concepciones sobre problema, a saber:

“El término problema designa una dificultad que no puede resolverse automáticamente, sino que requiere una investigación, conceptual o empírica”. (Bunge, 1972)

“Las situaciones problemáticas emergen desde las tensiones de valor y cognitivas que los estudiantes confrontan en sus vidas cotidianas en la familia, en la escuela, en la comunidad, en la sociedad” (Magnendzo, 1991).

“Un problema es una pregunta surgida de una observación más o menos estructurada, la pregunta que se hace puede tomar diferentes formas de acuerdo al objetivo perseguido”. (Pardinas, 1984)
“Un problema, en tanto obstáculo, son nociones que pueden ser estudiadas en el desarrollo histórico del pensamiento científico y en la práctica de la educación”.(Bachelard, Gastón, 1979)

“El problema surge de la insatisfacción de un sujeto en relación con la situación específica manifiesta en el objeto”. (Alvarez y González, 1998).

Dificultades, tensiones, preguntas, obstáculos, necesidades sobre el mundo de la vida son las situaciones que enmarcan el punto de partida de los proyectos de aula.

Los proyecto de aula surge de una situación problémica y como somos consecuentes con la premisa que "todo proceso problémico es un proceso investigativo" (Alvarez de Zayas, 1996), los proyectos de aula formarán en la investigación.

La investigación como ese "hacerse una pregunta inteligente y seguir un método de respuestas inteligentes (...) es un proyecto de saber" (Gómez y Jaramillo, 1997). Y la formación como “el proceso de construcción de cada individuo de su propia imagen” (Alvarez y González, 1998).

El concepto de solución de problemas se fundamenta en la metodología de la investigación, es decir, la didáctica para el desarrollo de los proyectos de aula se construye con base en los procesos investigativos de las ciencias pero con carácter formativo.

En la solución de problemas se hace uso de la lógica y de los conocimientos que las ciencias han producido para la humanidad; el conocimiento, bien sea científico, técnico, tecnológico, artístico o empírico, en su construcción, en su resultado y en su aplicación, se problematiza.
Detectando y resolviendo problemas, con rigor metodológico, se formarán las nuevas generaciones, para intervenir en el desarrollo de las comunidades.

El proyecto de aula se estructuran en tres momentos: la contextualización, lo metodológico y lo evaluativo.

En la contextualización, el primer momento, se estipula el problema, el objeto, el objetivo y los conocimientos. En lo metodológico se relaciona el método, el grupo y los medios. En lo evaluativo se certifica el logro del objetivo mediante la solución del problema que dirige el diseño de los proyectos y se indican los resultados.

La contextualización del proyecto parte siempre de un problema que puede ser uno o descomponerse en varios según la pertinencia para el trabajo. En la contextualización se necesita tener claro el objeto, la parte del mundo real portador del problema, y precisar las características de todo aquello que lo rodea.

A partir del problema se plantea el objetivo u objetivos del proyecto. “El objetivo, como la expresión pedagógica del encargo social, es la aspiración, el propósito que se quiere formar en los estudiantes. El objetivo de la institución escolar es la formación de los ciudadanos del país y en particular de las nuevas generaciones. En él habitan las características sociales que se aspiran formar en los estudiantes para que satisfagan esas necesidades sociales y resuelvan los problemas. Pero no sólo los problemas pasados y actuales sino futuros, pues el objetivo posee un carácter predictivo, ya que la escuela no es tan sólo respuesta a la sociedad sino también forjadora del destino de la humanidad, es visionaria.

El objetivo se redacta en términos de aprendizaje, es decir, que tanto para el docente, como para el alumno, el objetivo es el mismo y está en función de este último. Por supuesto, el objetivo se concreta en cada estudiante. Cada estudiante, a través de su método de aprendizaje, que no es otro que el método problémico, individualiza el objetivo y para alcanzarlo necesita aprender a resolver problemas; mediante la solución de problemas adquiere conocimientos desarrolla competencias e incorpora valores“.(Alvarez y González,1998)
Por competencia se entiende el conjunto de condiciones necesarias para comprender las reglas y las estructuras de un conocimiento específico y poder interpretarlo, aplicarlo y transformarlo.

El valor es una propiedad que adquieren los objetos. Tanto naturales como sociales, el estar incluidos del trabajo y del ser. Los valores son aspiraciones de todas las personas y se expresan mediante las metas alcanzadas en forma individual o colectiva. Los valores son el sentido de lo humano en el obrar”. (González Agudelo, 1999)

Para alcanzar los objetivos, el estudiante tiene que dominar una serie de conocimientos. El profesor necesita diseñar esos conocimientos en términos de conceptos, leyes, principio, teorías y visiones del mundo y en relación con las competencias y los valores que ellos portan.

“Los conocimientos no son un ente indiferente al estudiante; ellos tienen mayor o menor significación en la medida en que se identifique con los intereses y necesidades del alumno, de allí que el valor sea también una característica de los conocimientos. De esta manera entran al proceso de aprendizaje los afectos de los alumnos con sus respectivos efectos, su afectividad y su sensibilidad, lo ético y lo estético. Lo que lo hace vivir en paz en una sociedad y lo que lo hace creativo para esa comunidad.” (Alvarez y González, 1998)

Estos conocimientos constituyen, lo que en investigación se denomina el estado del arte o el marco referencial, que no son otra cosa que lo que en la escuela, el currículo ha denominado contenidos. Los estudiantes necesitan apropiarse de dichos conocimientos para proyectarlos en la comunidad. Emerge una pregunta ¿Cómo el estudiante adquiere esos conocimientos? Se explicita en el proyecto de aula el momento de lo metodológico.

La tríada método, grupo y medios integran lo metodológico, el segundo momento del proyecto de aula.

El método es la organización interna del proyecto de aula en tanto procesos de comunicación y actividad. El grupo será siempre la relación entre el profesor y sus aprendices o más bien el profesor como coordinador del grupo responsable del proyecto. Los medios son las múltiples herramientas que se utilizan para la transformación del objeto. En el método se manifiesta la relación entre el grupo y los medios.

“El método es la configuración que adopta el proyecto en correspondencia con la participación de los sujetos que en él intervienen, de tal manera que se constituye en los pasos que desarrolla el sujeto, en su interacción con el objeto, a lo largo de su proceso consciente de aprendizaje.

El método es un camino que construye el alumno para alcanzar su objetivo; en dicho camino, el alumno resuelve una serie de problemas. El método es el problémico. La lógica de la ciencia se desarrolla inmersa en la solución del problema, un proceso problémico es un proceso científico. Las ciencias se desarrollan a través de la precisión de un problema, y a partir de él se determina, siguiendo la lógica de la ciencia en particular, el aspecto desconocido y su solución, su descubrimiento. El nuevo conocimiento es consecuencia de esa manera de actuar. Si la lógica del proyecto de aula se constituye como la lógica de las ciencias se educarán alumnos con la formación investigativa, con formación para la vida en capacidades para resolver problemas.

Es en la flexibilidad del método donde se expresa la creatividad para la solución del problema. En tanto senda para ser caminada, el método es zigzageante y en su vaivén genera la capacidad de asimilar las relaciones lógicas subyacentes al logro del objetivo.” (Alvarez y González, 1998)

A través del método se concreta en las actividades mediante las cuales los aprendices adquirirán la información necesaria para formular su proyecto, aplicarlo y sistematizarlo. Las actividades son las acciones que desarrolla el grupo en correspondencia con el objetivo, de acuerdo con las condiciones en que se encuentra el objeto y los métodos que se desarrollará para resolver el problema.

El método es el modo en que lleva a cabo cada estudiante la actividad y la comunicación para apropiarse de los conocimientos; el método es el orden, la organización de las actividades, la sucesión sistémica de ellas. Así las condiciones en que se desarrolla el proyecto pueden llegar a excluir determinada actividad y plantearse otra actividad para alcanzar el fin que se aspira. Por esta razón es que en la actividad el objetivo se personifica, ya que es posible que cada estudiante elija actividades distintas para acercarse a un mismo objetivo.

En cada actividad está presente el objetivo. En cada actividad se manifiesta un conocimiento a asimilar, una habilidad a desarrollar, un valor a adquirir. El desarrollo de una sola actividad no garantiza el dominio por el estudiante de una competencia, el sistema de actividades sí. El objetivo se alcanza mediante el cumplimiento del sistema de actividades. El objetivo necesita portar las competencias que en la sucesión de actividades incorporará el estudiante. Dichas competencias explicitan tanto “la lógica del pensamiento, en sus movimientos dialécticos, tales como la deducción y la inducción, el análisis y la síntesis, la abstracción y la concreción, lo general y lo particular, lo absoluto y lo relativo, lo divergente y lo convergente, lo analógico y lo disímil, entre otros, (como) los procedimientos de las metodologías de la investigación tales como la experimentación, la observación, la demostración, la descripción, la explicación, la argumentación, la definición, la clasificación, la formación de conceptos, entre otros” (Alvarez y González, 1998)

En consecuencia, el proyecto de aula, es una serie sucesiva de actividades. La ejecución continua o discontinua de actividades irá formando al estudiante como investigador, como creador, como solucionador de problemas reales de una sociedad para lograr el desarrollo humano.

En lo evaluativo, como el tercer momento del proyecto de aula, están comprometidos todos los sujetos que vivenciaron el proyecto de aula. Mediante la evaluación se comparan los resultados del trabajo con los objetivos propuestos, para determinar los aciertos y desaciertos de la trayectoria del proceso y en consecuencia, tomar decisiones para volver a diseñarlo y aplicarlo en futuras oportunidades.

El proyecto de aula genera un producto que se comunica a la comunidad académica o científica. Producto que necesita ser evaluado como proceso y como resultado. Como proceso en tanto la evaluación acompaña el aprendizaje consciente que los participantes del proyecto están llevando a cabo a partir de las mediaciones que los sujetos desarrollan entorno a la comunicación y las actividades que se desarrollan para la realización del proyecto. Como resultado en cuanto la evaluación certificará si con ese producto, resultado del proyecto de aula, se ha solucionado el problema que generó dicho proyecto.

La evaluación es un sistema complejo que parte de la observación de las acciones que se generan a partir de poner en práctica, de ejecutar lo diseñado en el proyecto educativo respectivo. Dichas acciones son analizadas, tanto en su desarrollo como en sus resultados, para identificar la pertinencia de los procesos, estipular sus diferencias, captar sus particularidades, controlar su eficacia y su efectividad, y a partir de toda esta información establecer debates entre los participantes del acto educativo para elaborar juicios de valor y tomar decisiones, por consenso, para presentar alternativas que cualifique dicho proceso.

El proyecto de aula forma en investigación porque desarrolla en el estudiante la potencialidad de la investigación como proyecto de saber. Parte de la problematización del conocimiento, contextualiza los saberes, construye estados del arte, busca respuesta metódicas para las preguntas, se inmiscuye en lo epistemológico de los conocimientos, propone innovaciones y comunica resultados a las comunidades académicas y/o científicas, pero ante todo desarrolla competencias, valores y procesos de sensibilización para cualificar los conocimientos al servicio de las comunidades.


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[1] Licenciada en Español y Literatura (Universidad de Antioquia). Especialista en literatura Latinoamericana (Universidad de Medellín). Magister en Educación (Universidad Pontificia Javeriana). Doctora en Ciencias Pedagógicas (Universidad de la Habana).

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